John Ruskin sobre la importancia de los libros

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Leyendo “La Lámpara de la Memoria” de John Ruskin, una colección de ensayos, encontré este párrafo:

Pero aún considerando que tuviéramos tanto la voluntad como la sensatez para escoger bien a nuestros amigos, ¡qué pocos contamos con el poder! […] El grueso de nuestras asociaciones está determinado por el azar o la necesidad; y restringidas a un círculo estrecho.

¿Hasta aquí todos estamos de acuerdo? Nuestras asociaciones están determinadas por el lugar y estrato social en el que nacimos (en su mayoría). Si alguien necesita de nosotros y nos busca puede que esa persona se convierta en una asociación también. Ruskin continúa:

No podemos conocer a los que quisiéramos; y aquellos a los que sí conocemos, no podemos tenerlos cerca cuando los necesitamos. La buena fortuna puede permitirnos el atisbo de un gran poeta, escuchar el sonido de su voz; o formularle a un hombre de ciencia una pregunta y obtener de él un respuesta amable.

Incluso en nuestra época, con internet y globalización, es difícil poder acceder a personas ilustres directamente.

[…] mientras, en paralelo, existe una sociedad continuamente abierta a nosotros, gente dispuesta a hablarnos el tiempo que queramos, independientemente de nuestro rango u ocupación; hablarnos seleccionando las mejores palabras a su alcance, y sobre los temas más cercanos a su corazón.

En esta frase Ruskin se está refiriendo a los libros. Son como personas, algunos de la más alta categoría en su nicho, esperando a que les demos audiencia mediante leerlos. Estas conversaciones no son cualquiera, como él dice: son las mejores palabras al alcance de alguien y generalmente te habla de temas importantes para el autor.

Un libro es una de las mejores formas de aprender sobre algo: Ruskin lo llama un escrito lento y perdurable, que puede enseñarnos mucho a lo largo del tiempo, siempre y cuando estemos dispuestos a aprovecharlo.

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